Mate de caldén
Desde muy pequeño que sueño con conocer el mundo. Con el avance de la teconología y demás, todo eso se acercó un poco más. Aún así, todo el acceso al que uno puede tener le falta un poco más, le falta, digamos, verosimilitud. Gracias a Slowly pude encontrar eso que hacía falta. Con cada persona que entablamos una buena amistad (y con aquellos que se han ido) nos podemos compartir experiencias, momentos, detalles de la vida, todo ello que forma parte de la cotidianidad. Cotidianidad que es la realidad. Y ni hablar cuando intercambiamos fotografías de nuestra vida diaria, de lo particular, de eso que nos característica y queremos mostrar al mundo. O de aquello que nadie quiere mostrar pero que existe también.
Recordando una canción de, quizá, el cantor más grande de argentina, José Larralde, él decía:
<<Yo anduve por todo el mundo, en el mismo lugar…>>
Esta aplicación me hace sentir eso, que estando en un lugar donde vive muy poca gente, puedo tener una sensación de estar en muchos lugares, al rededor del mundo, gracias a todas las experiencias que me escriben mis amigos de Slowly. Y me gusta pensar que también yo soy parte de intercambio, y que puedo ayudar compartiendo mis palabras, consejos, y pensamientos, para así, entablar una buena amistad y crecimiento como personas.
Siempre me gustó el formato de carta por correspondencia y todo lo que ella implicaba. Hoy en día esta aplicación trae de regreso esa pasión por la escritura. Son muchísimas las personas que han revivido o despertado su gusto por leer y escribir. Y es algo un poco enviciante, al poco tiempo se quedan atorados de cartas por responder. Un hermoso tarea por realizar.